Tabúes sobre la sexualidad y el sexo

Aunque cada vez hablemos más de sexo y sexualidad, para muchas personas este tema, en general, sigue siendo tabú.

Muchas personas evitan hablar de sexo y de sexualidad abiertamente. Y el problema de que no se hable abiertamente de sexo y sexualidad, es que da espacio a que surjan muchos prejuicios que nos impiden disfrutar plenamente de nuestra sexualidad. 

En este post, vamos a explorar algunos de los tabúes más comunes sobre el sexo y la sexualidad. Así que, siéntete libre de leer, comentar y compartir tus opiniones. 

Que es un tabú sexual

En términos generales, un tema tabú es un tema restringido social o culturalmente. Por eso, los tabúes pueden  variar según la cultura, la religión o la época histórica.

En el caso de los tabúes sexuales, se trata de prohibiciones y limitaciones impuestas por la sociedad sobre ciertos comportamientos y prácticas sexuales que se consideran «inmorales» o «inapropiadas». 

A menudo, los tabúes sexuales están asociados con sentimientos de vergüenza, culpa o miedo y pueden limitar la libertad sexual de las personas. 

Aunque muchas veces se confunden, quiero aclarar que los mitos y los tabúes no son lo mismo. Mientras que los mitos son creencias falsas o exageradas que se transmiten de generación en generación, los tabúes son prohibiciones culturales o sociales en torno a un tema determinado, en este caso la sexualidad. Los tabúes suelen tener una fuerte carga emocional y pueden generar sentimientos de vergüenza, culpa o vergüenza en las personas que los transgreden. Y eso puede limitar la libertad y expresión sexual.

Si lo que te interesaba eran los mitos, puedes leer este post: Mitos y realidades sobre la sexualidad

Los tabúes sexuales tienen un impacto en nuestra sexualidad

Los tabúes sexuales pueden tener un gran impacto en nuestra sexualidad y nuestra vida en general.

Al crecer en una cultura que sataniza el sexo y lo convierte en algo sucio o vergonzoso, es fácil desarrollar una relación negativa con nuestra propia sexualidad.

Los tabúes también pueden llevar a la ignorancia y la desinformación, lo que a su vez puede conducir a decisiones poco saludables en términos de sexualidad y salud sexual. 

Los tabúes pueden generar miedo y vergüenza alrededor del sexo, lo que puede afectar negativamente nuestras relaciones y nuestra capacidad para disfrutar del sexo. 

Por todo esto, es importante cuestionar y desafiar los tabúes sexuales para poder vivir una sexualidad responsable y saludable.

Ejemplos de tabues sobre la sexuaildad

A continuación vas a encontrar algunos de los tabúes más comunes sobre la sexualidad. Por favor ten en cuenta que esta no es una lista exhaustiva y que cada sociedad y cultura puede tener sus propios tabúes.

Curiosidad sexual de los niño/as

Aunque nuestra educación sexual comienza desde que nacemos, el primer punto crucial de esta educación es alrededor de los 3 años, cuando comienza a desarrollarse nuestra curiosidad sexual.

Con curiosidad sexual no me refiero a curiosidad por las actividades sexuales; a los 3 años lo que nos da curiosidad son nuestros genitales y los genitales de las demás personas. Esta curiosidad es completamente natural, bueno y saludable. De hecho, forma parte de nuestro desarrollo y crecimiento como seres humanos.

Mensajes del tipo “no te mires ahí” o “no te toques ahí” nos enseñan que los genitales son una parte de nuestro cuerpo que no deberíamos ni ver ni tocar y que son unas partes tan vergonzosas, que ni siquiera merecen ser llamadas por su nombre.

La forma en la que nuestra familia responde a las preguntas sobre el sexo y la sexualidad, influyen mucho en cómo vivimos nuestra sexualidad. Por eso, si para nuestra familia la sexualidad es un tema tabú, aprendemos a reprimir nuestra sexualidad.

Sexualidad femenina

El tabú de la sexualidad femenina es uno de los más arraigados en muchas culturas y sociedades alrededor del mundo. 

Durante siglos, la sexualidad de las mujeres ha sido reprimida, ignorada o incluso castigada. Las mujeres hemos sido educadas para creer que nuestra sexualidad es algo sucio o inapropiado, y han sido juzgadas y criticadas por expresar sus deseos sexuales.

Tanto es así, que la sexualidad femenina se ve como una versión de la sexualidad masculina: como si la sexualidad por defecto fuera la masculina y la versión femenina solo tuviera algunas diferencias.

Masturbación

La masturbación es uno de los tabúes más antiguos y persistentes relacionados con la sexualidad. A pesar de que es una práctica común y natural, sigue siendo un tema incómodo y vergonzoso para muchas personas. 

La masturbación durante la adolescencia también es objeto de tabú y muchas veces se ve como una fase de «exploración» que debe superarse lo antes posible.

Durante la adolescencia, empieza a nacer el deseo sexual. Pero aunque el deseo sexual sea inherente a los seres humanos, suele generar mucha tensión en los adolescentes, porque muchas familias condenan este deseo sexual.

Explorar nuestros genitales es una experiencia crucial en nuestra adolescencia para tener una sexualidad saludable. Pero si nuestra familia nos transmitió que no debíamos explorar nuestro cuerpo o no lo vamos a hacer porque creemos que ”está mal” o lo vamos a hacer sintiendo vergüenza, culpa y/o ansiedad.

La masturbación es una parte importante de nuestro desarrollo como seres humanos. Tocarse los genitales para sentir placer es masturbación. Hablemos en términos biológicos y no culturales. Masturbar significa “estimular los órganos genitales o zonas erógenas […] para proporcionar goce sexual”.

Eso es algo que los seres humanos hacemos desde niños o incluso desde bebés.

Problemas y disfunciones sexuales

El tabú que rodea los problemas y disfunciones sexuales es uno de los más problemáticos, ya que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida sexual de las personas.

Los problemas sexuales suelen generar mucha ansiedad, frustración y sufrimiento. Sufrirlos en silencio es agregarle una capa más de dolor.

Muchas personas se sienten avergonzadas o estigmatizadas al hablar de problemas sexuales, y esto puede generar muchas dificultades para buscar ayuda o tratamiento debido a la falta de información o apoyo.

Es importante comprender que estos problemas son comunes y tratables, y que no hay nada de qué avergonzarse al buscar ayuda.

Los profesionales de la salud sexual están capacitados para abordar estos problemas de manera respetuosa y confidencial, y pueden ofrecer una variedad de opciones de tratamiento.

Es vital quebrar el tabú que rodea a los problemas y disfunciones sexuales, y animar a las personas a hablar abiertamente sobre su salud sexual y buscar la ayuda que necesitan para mejorar su calidad de vida.

Vida sexual en pareja

El tabú en torno a la vida sexual en pareja es algo que afecta a muchas relaciones.

El sexo en pareja suele verse como algo que debería ser perfecto y sin problemas, lo que puede hacer que las personas se sientan avergonzadas o inseguras si experimentan algún tipo de dificultad sexual durante su relación.

Este tabú también puede llevar a que las personas se sientan incómodas al hablar abiertamente sobre sus necesidades y deseos sexuales con su pareja.

Muchas veces, las parejas pueden sentirse avergonzadas o juzgadas por sus preferencias o fantasías sexuales, lo que puede dificultar la comunicación efectiva y la construcción de una vida sexual satisfactoria para ambos.

Es importante recordar que la sexualidad es una parte normal y natural de cualquier relación amorosa y que es perfectamente normal tener problemas o dificultades en este ámbito.

Lo importante es trabajar juntos como pareja para encontrar soluciones y mantener una comunicación abierta y honesta sobre las necesidades y deseos de cada uno. Al hacerlo, se puede construir una vida sexual más satisfactoria y saludable para ambos miembros de la pareja.

Relaciones sexuales casuales

El tabú de las relaciones sexuales casuales se refiere a la idea de que las personas que tienen encuentros sexuales sin compromiso o sin una relación estable son “inmorales”. 

Desgraciadamente, vivimos en una sociedad que le tiene terror a lo diferente. Vivimos en una cultura religiosa que condena que el sexo esté relacionado al placer y no a la procreación. Esta es la principal razón por la que en pleno siglo 21 se sigue juzgando las relaciones sexuales casuales y cualquier orientación sexual que no sea la heterosexualidad.

Es importante destacar que tener relaciones sexuales casuales es una elección personal y que no hay nada de malo en ello siempre y cuando se practique de manera consensuada, responsable y segura.

También es fundamental recordar que la libertad sexual es un derecho humano básico y que todas las personas tienen derecho a explorar su sexualidad de la manera que mejor les parezca.

BDSM

El BDSM es un tema que a menudo se considera un tabú en la sociedad. 

BDSM significa Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo, y se refiere a una variedad de prácticas sexuales y eróticas  que implican el juego de roles, el uso de objetos y el control de uno o ambos participantes en la actividad sexual.

Es importante distinguir entre la práctica del BDSM consensuado y el sadomasoquismo como tal. El sadomasoquismo es una forma de parafilia que implica implica actos de crueldad y sentimientos de humillación o maltrato para sentir placer. El consentimiento no importa en esta dinámica. 

En cambio, el BDSM es una práctica sexual consensuada. 

El problema de hablar coloquialmente del BDSM como sadomasoquismo es que se asocia esta práctica sexual con una palabra que se usa en la psiquiatría para definir patologías mentales.

Esto promueve prejuicios, porque a simple vista pareciera que se combina el sexo con violencia, cuando en verdad el BDSM no se trata de eso. Hay reglas básicas para practicar BDSM. Reglas que se basan en la seguridad, la sensatez y el consentimiento informado. 

Justamente si esas reglas no se cumplen, entonces no se estaría practicando BDSM, sino realmente sadomasoquismo.

La desinformación hace que esta práctica parezca abusiva. Y los prejuicios, hacen que parezca pervertida. El argumento que suele usarse en contra del BDSM es el mismo que se usa en contra de los homosexuales y de las relaciones sexuales que no tienen como fin la procreación.

Lo que suele haber detrás de la crítica al BDSM es una crítica al placer sexual y no una verdadera consciencia de si es una práctica saludable o no para nuestra expresión sexual.

Fantasías sexuales

Es importante reconocer que tener fantasías sexuales es completamente saludable. Las fantasías son humanas y son una forma válida de explorar nuestra sexualidad y estimularnos sexualmente.

Es natural que las personas experimentemos una amplia variedad de fantasías sexuales. Pero como las fantasías sexuales suelen ser un tema tabú, muchas veces tenemos la idea equivocada de que nuestras fantasías deberían ser dulces, bonitas, rosadas, con unicornios y arcoiris.

¿Pero quién dice que las fantasías tienen que ser así?

Aunque en algunos casos las fantasías sexuales deberían revisarse (por ejemplo, si te llevan a disociarte, si son fantasías intrusivas o si te hacen sentir mal), ninguna fantasía es “buena” o “mala” per se.

Las fantasías sexuales más comunes tienen que ver con dominación, sumisión, exhibicionismo y voyerismo. El problema es que, como no hablamos de fantasías sexuales, este tipo de fantasías que tienen algún componente abusivo pueden generar mucha confusión; sobre todo a las sobrevivientes de abuso sexual.

Las fantasías sexuales abusivas están más relacionadas con el deseo de dejarnos llevar para tener sexo satisfactorio, que con el abuso sexual en sí. Ser dominadas nos permite entregarnos completamente al placer, mientras que dominar da la sensación de poder, algo que para muchas personas es excitante.

Además, las fantasías sexuales no necesariamente reflejan nuestras verdaderas intenciones o deseos. En el mundo de las fantasías no tenemos que rendirles cuentas ni a la moralidad, ni a la legalidad, ni siquiera a la lógica. Tener una fantasía, no significa querer llevarla a realidad.

Practicar algún tipo de exhibicionismo, voyerismo, dominación o sumisión con el consentimiento de otra persona, no tiene nada de abusivo. Mucho menos, solo fantasearlo.

Abuso sexual como tabú

El abuso sexual ya es lo suficientemente doloroso como para sumarle el dolor que generan los prejuicios y la desinformación de que el tema sea tabú.

Tratar de mantener el abuso sexual en secreto le hace daño a las sobrevivientes y crea un ambiente propicio para que se cometan más abusos sexuales.

Por eso, es necesario hablar abierta y honestamente sobre el abuso sexual para combatir su estigma y crear conciencia sobre su impacto en la vida de las personas.

La importancia de romper estos tabúes

Es fundamental romper los tabúes sexuales que aún persisten en nuestra sociedad para poder tener una visión más completa y saludable de la sexualidad. 

Hablar abierta y honestamente sobre el sexo y la sexualidad nos permite entender mejor nuestros propios deseos y necesidades, así como comprender y respetar las elecciones y experiencias sexuales de otras personas.

Además, abordar estos temas de manera abierta y sin prejuicios nos permite tener conversaciones más informadas sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y abusos sexuales.

Romper los tabúes sexuales también puede ayudarnos a construir relaciones sexuales más saludables y satisfactorias. Al hablar abiertamente sobre nuestros deseos y sentimientos sexuales, podemos crear un espacio de confianza y consentimiento mutuo en el que ambas partes se sientan seguras y respetadas.

¿Qué otros tabúes podemos agregar a la lista?

¡Espero que te haya gustado esta publicación!

Soy consciente de que faltan muchos más tabúes sexuales por derribar. Por eso, me encantaría saber tu opinión.

¿Qué otros tabúes deberían estar en esta publicación? 

Escríbelo en los comentarios y sigamos construyendo una cultura sexual más libre y saludable.

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