Antes la sexualidad tenía el espacio que se merecía en la sociedad.
Las culturas politeístas tenían dioses o diosas de la sexualidad. Celebraban fiestas en honor a la sexualidad y la fertilidad.
La energía sexual estaba ligada a la divinidad.
Pero algo pasó en el camino…
La sexualidad se convirtió en un tema tabú y decidieron hacernos creer que espiritualidad y sexualidad eran antónimos y opuestos.
No lo son.
Somos seres sexuales
Como todos los seres vivientes, somos seres sexuales.
No podríamos ser seres vivientes, si nuestros antepasados no hubieran sido seres sexuales, no?
Pero ser un ser sexual no solo significa tener la capacidad de tener sexo.
Nuestra sexualidad tiene que ver con cómo nos definimos a nosotras mismas, cómo percibimos a las demás personas y cómo entendemos el mundo.
Nuestra sexualidad es nuestra esencia. Está alineada con la expresión de nuestra identidad. Es lo que nos hace únicas.
Pero desgraciadamente vivimos en un mundo que tiñe nuestra sexualidad de vergüenza.
Desarrollo de la sexualidad
Somos seres sexuales desde el momento en el que nacemos.
Desde que somos bebés sentimos placer (no me refiero a placer sexual… acuérdate que ser sexual va más allá de tener sexo). Vamos creciendo y vamos explorando estas sensaciones placenteras.
A partir de los 3 años tenemos curiosidad por nuestros genitales y los genitales de los demás. Y para mucha gente, ahí es donde comienza esta negación de su sexualidad.
Mensajes del tipo “no te mires ahí” o “no te toques ahí” … Nos enseñan que los genitales son una parte de nuestro cuerpo que no deberíamos ni ver ni tocar… y que son unas partes tan vergonzosas, que ni siquiera merecen ser llamadas por su nombre.
Como si esas partes no nos pertenecieran y además, debería generarnos, miedo, culpa, vergüenza o una mezcla de todas esas cosas.
Teniendo todo esto en cuenta… no es raro que vivamos en una sociedad llena de problemas sexuales y que el abuso sexual sea una epidemia.
Si a partir de los 3 años no se nos habla de la sexualidad con naturalidad, aprendemos a rechazarla.
La forma en la que nuestro entorno responde a las preguntas sobre el sexo y la sexualidad, influyen mucho en cómo vivimos nuestra sexualidad.
Y desgraciadamente nuestra sociedad no entiende que la curiosidad sexual de los niños y niñas es saludable. Es normal. Es parte de nuestra condición como seres humanos.
Nuestra sociedad conservadora cree que sexualidad es sinónimo de deseo sexual… y que deseo sexual es sinónimo de degeneración.
El deseo sexual no es sinónimo de degeneración y además, recién se desarrolla durante la adolescencia.
Y en una sociedad sexualmente negativa, el deseo sexual genera mucha tensión en los adolescentes que no terminan de entender estos cambios en sus cuerpos. Unos cuerpos que nos han enseñado a no sentir. A no explorar.
Unos cuerpos incompletos con partes que se llaman “ahí”.
Y la exploración de nuestros genitales durante la adolescencia es crucial para una sexualidad saludable. Pero desgraciadamente esta exploración muchas veces se ve truncada por culpa de todas las creencias negativas sobre el sexo y la sexualidad de nuestra sociedad.
Necesitamos aceptar que somos seres sexuales
No podemos seguir negando que somos seres sexuales.
No podemos seguir entendiendo nuestros cuerpos y nuestra sexualidad como fuentes de vergüenza.
El sexo y la sexualidad necesitan dejar de ser temas tabúes. Eso hace que haya muchas cosas no saludables. Eso hace que aproximadamente un tercio de mujeres y un sexto de hombres hayamos sufrido algún tipo de abuso sexual.
Te guste o no, eres un ser sexual.
El problema es que si no te gusta, si rechazas tu sexualidad, significa que rechazas quien eres en el nivel más profundo que pueda existir.
Rechazar tu sexualidad significa negar constantemente una parte muy importante de ti.
La parte más importante quizás.
Es la parte que se encarga de:
- Sentir placer (de todos los tipos, no solo sexual)
- Desear sin culpa.
- Expresar tus sentimientos.
- Jugar y divertirte
- Crear
- Relacionarte íntimamente (no solo con una pareja).
No podemos aceptarnos realmente, si no aceptamos todas nuestras partes.
No podemos valorarnos realmente, si no valoramos todas nuestras partes.
No podemos expresarnos realmente, si no expresamos todas nuestras partes.
No podemos amarnos realmente, si no amamos todas nuestras partes.
Para reconectarte con tu sexualidad, necesitas enfrentarte a todos los aspectos que se oponen a tu sexualidad y a los traumas que generan esta oposición.
Deja una respuesta