Hola, soy Leticia y he creado este espacio para hablar de sexualidad saludable… dirigido especialmente a sobrevivientes de abuso sexual.
El abuso sexual sigue siendo un tema tabú
Que el abuso sexual sea tabú nos hace daño.
El abuso sexual ya es lo suficientemente doloroso como para sumarle el dolor de quedarnos solas y calladas.
Además, si nadie nos enseña nada sobre sexo, ni sexualidad y encima no hablamos del abuso sexual… ¿cómo vamos a saber todo el impacto que el abuso puede tener en nuestra vida?
Y si no somos conscientes de ese impacto… ¿cómo podemos sanarlo?
La realidad es que no solo no tenemos la culpa del abuso, sino que tampoco tenemos la culpa de no saber qué hacer con nuestra sexualidad después del abuso.
Si alguna vez sentiste que no disfrutar de tu vida sexual es una consecuencia del abuso, es muy probable que tengas razón!
Y no me parece justo.
El abuso sexual ya nos robó demasiado como para que dejemos que siga interfiriendo en nuestra sexualidad y en nuestra vida sexual.
Pero la pregunta es ¿cómo lograr que el abuso deje de interferir en nuestra vida?
Yo también soy sobreviviente de abuso sexual.
Sufrí abuso sexual cuando tenía alrededor de 9 años y recién a mis 21 años desbloqueé los recuerdos del abuso.
En ese momento, decidí buscar ayuda psicológica e hice terapia durante algunos años.
Durante mucho tiempo yo creí que tenía el abuso sexual “superado” porque había hecho algunos años de terapia psicológica.
Me acuerdo de que me sentía muy orgullosa de mí misma: estaba enfrentando un tema muy doloroso y realmente sentía que lo había llegado a superar.
Por eso, en el momento que aparecieron problemas sexuales en mi vida no los asocié con el abuso.
Viéndolo en retrospectiva, creo que hice un buen trabajo resolviendo emociones relacionadas con el abuso, como la vergüenza y la culpa.
Pero no me sentía libre.
Sentía como si no viviera en mi cuerpo, como si mi sexualidad no me perteneciera y como si no tuviera la capacidad de sentir placer.
Estaba harta. Yo quería recuperar mi cuerpo, mi sexualidad y también mi derecho a sentir placer.
No me parecía justo que un abuso que pasó hace tantos años siga interfiriendo en mi vida y me siga quitando tanto tiempo y energía.
Fue frustrante darme cuenta de que el abuso sexual deja repercusiones que van mucho más allá de lo psicológico.
Pero bueno, si una terapia psicológica no era suficiente para que el abuso deje de teñir mi vida, yo necesitaba más que una terapia psicológica.
Sexualidad saludable
Así que comencé a investigar sobre el impacto del abuso sexual en la sexualidad de las sobrevivientes. Y eso me abrió un nuevo mundo resumido en una frase: sexualidad saludable.
Cada libro que leía me hacía sentir que tenía una nueva oportunidad. Que existía un camino que podía recorrer.
Entendí que para que el abuso sexual del pasado deje de interferir en mi vida, no era necesario “superarlo”, sino sanarlo.
Y la forma de sanarlo era viviendo una sexualidad saludable.
Por eso, en este espacio quiero compartir contigo todo lo que he aprendido (y sigo aprendiendo) sobre la sexualidad saludable para que puedas sanar el impacto que el abuso dejó en tu vida.
Sé que lo puedes lograr…
Y si es que están surgiendo dudas, miedos, excusas en tu cabeza, solo quiero pedirte que pongas pausa un ratito y me sigas leyendo…
SOMOS SERES SEXUALES: todos los seres vivientes somos seres sexuales (y eso no solo significa tener la capacidad de tener sexo). Nuestra sexualidad tiene que ver con nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros valores, nuestros gustos, nuestros límites, nuestras relaciones íntimas…. Puedes creer que no eres un ser sexual, puedes rechazar tu sexualidad, pero tu sexualidad está ahí y es lo que te hace única.
NOS MERECEMOS SENTIR PLACER: desde que somos bebés sentimos placer. Mientras vamos creciendo, cada día es una nueva oportunidad para descubrir el mundo y explorar distintas sensaciones placenteras. Pero muchas veces, por distintas razones, puedes hacer creído que no te merecías sentir placer. Y aunque hayas decidido castigarte (inconscientemente probablemente), la realidad es que tu cerebro está diseñado para buscar placer.
TENEMOS EL PODER DE SANAR NUESTAS HERIDAS: las personas adultas tenemos nuestras vidas en nuestras manos. Eso no quiere decir que todo esté bajo nuestro control. Claro que no! No tuvimos el control de lo que nos sucedió en el pasado… y vamos a pasar por un montón de situaciones más en las que no tengamos el control… pero siempre tenemos el control de cómo respondemos a lo que nos sucede. Sanar nuestras heridas es un camino largo. Es un proceso que no sucede de la noche a la mañana y tampoco sucede por arte de magia. El tiempo no cura todas las heridas. Algunas heridas necesitan energía y dedicación para poder sanar.
En resumen: tú eres un ser sexual, que se merece sentir placer y que tiene la capacidad de sanar las heridas del pasado…. y estoy aquí para ayudarte a lograrlo!
Por una cuestión de responsabilidad, quiero aclarar que no soy no soy ni psicóloga, ni sexóloga, ni educadora sexual.
Solo soy una sobreviviente que aprendió a vivir una sexualidad saludable y eso me trajo muchos beneficios:
- aprendí a sentirme cómoda con el contacto físico y la intimidad
- aprendí a disfrutar de verdad mi vida sexual
- aprendí a sentir placer en mi día a día
- e incluso tuvo un impacto muy positivo en mi autoestima.
Sentir que el abuso sexual ya no tiñe mi vida me dio la fortaleza que necesitaba para poder contar mi historia y ayudar a más personas que han pasado por algo parecido.