¿Problemas o disfunciones sexuales?

Hay tantos tabúes culturales con respecto al sexo que no estamos acostumbradas a hablar de nuestros problemas sexuales.

Sentimos vergüenza y miedo ante lo que nos duele sexualmente. Y eso hace que los problemas relacionados con el sexo sean difíciles de enfrentar.

Muchas veces terminamos ignorando el problema o esperando que se vaya solito. Y así pasamos por mucho sufrimiento antes de admitir que tenemos un problema sexual que es necesario resolver.

La sexualidad femenina no es una versión de la masculina

Durante muchos años en la ciencia y en la medicina se ha visto la sexualidad femenina como una versión de la sexualidad masculina. Nuestro funcionamiento sexual, también se ha visto como una versión del funcionamiento sexual masculino.

Muchas mujeres heterosexuales aprendemos sobre el sexo a través nuestras parejas sexuales masculinas, que normalmente no están bien educadas sobre nuestro funcionamiento del ciclo sexual. 

¿Sabías que menos de un tercio de mujeres llegan al orgasmo exclusivamente a través de la penetración?

¿Sabías que la lubricación y la erección no siempre van de la mano con la excitación?

¿Sabías que existen dos tipos de deseo sexual: uno espontáneo y otro de respuesta? ¿Y que la mayoría de mujeres experimentamos deseo sexual de respuesta?

Si no lo sabías, no es tu culpa. Es lo que nos han hecho creer porque es información basada en el ciclo de respuesta sexual masculino.

Y no me refiero a que todos los hombres solo llegan al orgasmo por la penetración, ni que su erección siempre va de la mano con la excitación; ni que su deseo sexual no pueda ser de respuesta…

Pero estadísticamente, no es lo más común. Cuando se comenzó a estudiar el ciclo de respuesta sexual se simplificó mucho, dejando de lado que todos los seres humanos somos un universo. Y se asumió “lo más común” de los hombres como lo saludable. Dejando de lado a un porcentaje de hombres y a un gran porcentaje de mujeres. 

¿Qué es una disfunción sexual?

En este post quiero hablar de los problemas sexuales. Esos problemas que mucha gente, incluso profesionales, etiqueta como “disfunciones sexuales” … cosa que a mí me parece completamente equivocada en muchísimos casos.

Comenzamos definiendo que para que exista un problema sexual, tiene que haber algo que resulta problemático. Así de simple. Un problema no tiene por qué interferir con nuestra salud necesariamente.

¿Y qué es una disfunción?

Según el diccionario:

1. f. Desarreglo en el funcionamiento de algo o en la función que le corresponde.

2. f. Biol. Alteración cuantitativa o cualitativa de una función orgánica.

Y la verdad es que, salvo en los casos de causas fisiológicas, no veo cómo un problema sexual podría significar que hay un desarreglo o alteración en nuestro funcionamiento sexual.

Tipos de disfunciones sexuales

Las siguientes descripciones de cada disfunción son traducciones casi literales de Barbara Keesling, basadas en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales 4 (DSM4 por sus iniciales en inglés).

Los trastornos del deseo sexual:

  • Deseo sexual hipoactivo: poco deseo sexual caracterizado por la ausencia de interés sexual o de fantasías sexuales.
  • Aversión sexual: miedo de algunos aspectos del sexo caracterizado por evitar situaciones y actividades sexuales. (En el DMS5 se eliminó esta disfunción).

Trastornos de la excitación sexual:

  • Trastorno de la excitación sexual femenina: incapacidad de los genitales de una mujer para lubricar o congestionarse (hincharse) en una situación sexual; también, la falta subjetiva de sentimientos de excitación de una mujer.
  •  Disfunción eréctil: incapacidad del hombre de lograr una erección.

Trastornos del orgasmo:

  • Eyaculación precoz: una condición en la que un hombre eyacula antes de que lo desee o después de muy poca estimulación sexual
  • Trastorno del orgasmo masculino (MOD): una condición en la que un hombre tiene dificultad para alcanzar el orgasmo o eyacular
  • Trastorno del orgasmo femenino (FOD): una condición en la que una mujer tiene dificultad para alcanzar el orgasmo incluso después de la excitación normal, lubricación e hinchazón genital.

(Cuando Keesling habla de “excitación normal”, en verdad se está refiriendo a respuesta genital).

Trastornos sexuales por dolor:

  • Vaginismo: una contracción de los músculos que rodean la abertura de la vagina, evitando la penetración
  • Dispareunia: Dolor de base psicológica experimentado durante las relaciones sexuales [no sé si se refiere a todas las actividades sexuales o a la penetración].

Algunas de las disfunciones llevan la palabra trastorno en su nombre. Trastorno me parece más acertado que disfunción; porque implica una causa psicológica más que una fisiológica.

Pero igual los trastornos hacen referencia a una “alteración leve de la salud”. Y los problemas sexuales no tienen por qué ser un problema salud.

Fuera de lo que signifique cada término, la verdad es que para mí la palabra disfunción y la palabra trastorno, tienen una carga muy pesada. Y en muchos casos, son etiquetas innecesarias, que solo hacen que el problema sea peor.

Con esto no quiero decir que no existan las disfunciones o los trastornos sexuales. Claro que sí!

Pero tampoco es una cuestión de sobrediagnosticar los problemas sexuales. La verdad es que solo un profesional de la salud (física y mental) podrían determinar si tienes una disfunción o un trastorno.

Causas de las disfunciones y problemas sexuales

Entender la raíz del problema es el primer paso para solucionarlo. Si el tratamiento no está enfocado en la raíz de tu problema, podrías hasta empeorarlo generando más ansiedad y frustración.

Las causas de los problemas sexuales pueden ser muchísimas. Para simplificarlas, separémoslas en dos grupos: fisiológicas y psicológicas.

  • Fisiológicas: Cambios y problemas hormonales, anticonceptivos hormonales, medicamentos (sobre todos ansiolíticos y antidepresivos), consumo de drogas (ilegales y también legales), suplementos para bajar de peso, infecciones genitourinarias, condiciones médicas (por ejemplo problemas cardiovasculares, problemas con el sistema nervioso, diabetes, cáncer), cirugías en la zona pélvica, lesiones físicas
  • Psicológicas: estrés, educación sexual, actitudes aprendidas de la familia, autoestima baja, problemas interpersonales, malas experiencias previas, traumas sexuales, trastornos psicológicos (como la depresión, ansiedad y trastornos alimenticios) y trastornos de personalidad.

Problemas sexuales y el abuso sexual

En el caso de las causas psicológicas, la raíz puede ser desde una mala educación sexual hasta algún tipo de abuso sexual. Todo lo que vamos aprendiendo (o lo que no aprendemos) sobre nuestra sexualidad se queda grabado en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo.

Y si aprendemos cosas negativas relacionadas a la sexualidad, terminan convirtiéndose en complejos, inseguridades y muchas veces problemas sexuales.

Muchas sobrevivientes apagan sus sensaciones sexuales (deseo y excitación).

Si esos sentimientos sexuales están asociados con sentimientos desagradables (como miedo, rabia, asco o confusión) es normal que el cerebro inconscientemente trate de evitar las sensaciones sexuales.

Normalmente, los problemas sexuales que son consecuencia (aunque indirecta) del abuso sexual son problemas persistentes. Resolverlos requiere esfuerzo y un trabajo activo. 

Y siempre el primer paso siempre tiene que buscar ayuda profesional (física y mental)!

Así hayas sufrido algún trauma sexual, no asumas que la causa de tu problema es psicológica. Lo más probable es que sí lo sea, pero igual es importante tener un diagnóstico preciso y descartar cualquier problema hormonal o alguna infección por ejemplo.

En el caso que hayas sufrido algún trauma sexual, es importante que siempre tengas eso en mente si hacer algún tratamiento para curar “disfunciones” sexuales. La mayoría de terapias tradicionales generan temor y ansiedad a los sobrevivientes. Es necesario adaptar las terapias para que tu proceso de sanación no se vea interrumpido.

Los distintos problemas sexuales

Y con problemas me refiero a que nos resulta problemático; no a un problema de salud necesariamente.

Falta de deseo sexual

El deseo sexual son las ganas de sentir placer sexual. Y tener ganas no es lo mismo que sentir un impulso, por si acaso.

Cuando comenzó a estudiarse el ciclo de respuesta sexual (años 70s), se creía que el deseo sexual era algo espontáneo. Como un si tuviera un botoncito mágico que en algún momento lo encendía.

Recién en el año 2000, Rosemary Basson sugirió la idea de que existía un deseo sexual de respuesta, es decir que en vez de ser un botoncito mágico, en algunos casos el deseo sexual es el resultado de una interacción de estímulos físicos y emocionales. 

En otras palabras, el deseo sexual de respuesta responde a un contexto: a una situación emocional y al entorno que nos rodea. Y para muchas personas, ese contexto tiene que ser más interesante que simplemente ver a una persona atractiva desnuda.

Muchas personas con deseo sexual de respuesta necesitan sentir intimidad, cariño, confianza, humor, respeto o seguridad… o una mezcla de todo para poder sentir deseo sexual. 

Es importante tener esto en cuenta antes de pensar que la falta de deseo sexual es un problema de salud.

La falta de deseo sexual no se puede diagnosticar porque no hay una forma de medir el deseo sexual. Salvo muy pocos casos, el deseo sexual tiene más que ver con cuestiones psicológicas que con cuestiones fisiológicas.

Lo que tú consideras bajo deseo sexual, quizás solo significa que eres una persona con deseo sexual de respuesta que no encuentra un contexto adecuado al cuál responder.

Otra cosa que es bueno tener en cuenta si sientes que tu nivel de deseo sexual es bajo … es si realmente es bajo o si te estás comparando con otra persona. Cuando hablamos de frecuencia sexual, lo que se considera normal es bastante amplio. Querer tener sexo solo un par de veces al año es tan normal como querer tener sexo varias veces al día!

Acuérdate que si para ti no sentir deseo sexual no es problemático, entonces la falta de deseo sexual no es ningún problema. Así de simple.

Igual sentir que se experimenta poco deseo sexual (por más subjetivo que sea) puede ser problemático para muchas personas. De hecho, parece ser el problema sexual más común en las sobrevivientes de abuso sexual.

Algunas causas psicológicas de la falta de deseo sexual:

  • Abuso sexual: las sobrevivientes pueden aprender a reprimir el deseo sexual para protegerse.
  • Falta de experiencias satisfactorias en el pasado, que en general tienen que ver con una falta de conocimiento de los propios genitales y del propio ciclo de respuesta sexual.
  • Estrés
  • Aburrimiento
  • Otros problemas sexuales: en estos casos la falta de deseo sexual termina siendo un mecanismo de defensa para no enfrentarse al verdadero problema.

¿Qué hay de la asexualidad?

Aunque la asexualidad no es un tema del que sepa mucho, quiero mencionarlo.

La asexualidad es un tipo de orientación sexual que no siente atracción sexual por ningún género.

Se calcula que solo corresponde al 1% o al 2% de la población y por lo poco que he leído al respecto, aunque las personas asexuales no se sienten atraídas por ningún género, muchas personas asexuales sí sienten deseo sexual.

Acordémonos que el deseo sexual son las ganas de sentir placer sexual. No las ganas de tener un encuentro sexual con una persona determinada (necesariamente).

Problemas para excitarse

Aunque la definición médica separa los trastornos de excitación entre hombres y mujeres, la verdad es que los dos trastornos, son problemas diferentes que no deberían separarse por género.

La disfunción eréctil hace referencia a la incapacidad de los genitales de lograr una respuesta genital (algo que las mujeres también podemos sufrir)

Mientras el trastorno de la excitación sexual femenina hace referencia a la falta de excitación (algo que, por supuesto, los hombres también pueden sentir).

Y respuesta genital y excitación NO son sinónimos.

  • EXCITACIÓN: La excitación es una experiencia subjetiva que sucede cuando nos gusta algún estímulo sexual.
  • RESPUESTA GENITAL: respuesta fisiológica que consiste en el flujo de sangre hacia los genitales y en la secreción de distintos líquidos.

Los cambios fisiológicos durante la fase de excitación están más relacionados con la respiración y la tensión muscular que con la sangre fluyendo hacia los genitales. Durante la excitación tu respiración y tu pulso aumentan. Y se comienza a acumular tensión muscular, sobre todo en el abdomen y la zona pélvica.

En algunos casos la excitación puede ir de la mano con la sangre fluyendo hacia los genitales, pero en otros casos no. O sea, en algunos casos la excitación va de la mano con la erección y también con la lubricación… pero eso no pasa siempre.

También puede suceder al revés por si acaso: se puede tener una respuesta genital sin estar excitada.

Eso significa que la ausencia de lubricación o erección no es un signo de no estar excitada

Cuando la excitación sexual no coincide con la respuesta genital, estamos hablando de una excitación no concordante. Y eso es completamente saludable.

Esta falsa creencia de que la excitación y la respuesta genital van de la mano es un problema para un gran porcentaje de personas que simplemente tiene excitación no-concordante, pero que creen, equivocadamente, que tienen un “trastorno de excitación”.

Estas supuestas disfunciones asumen que lo normal es que los hombres tengan una erección cuando está excitados y que las mujeres lubriquen.

Por si acaso, aunque la excitación no concordante no es una disfunción en sí, en algunos casos sí puede ser un síntoma de que hay una disfunción con la respuesta genital.

Para que sea una disfunción, realmente tendría que haber un problema con tu capacidad de que la sangre vaya a tus genitales en cualquier momento.

Si tu sangre sí fluye hacia tus genitales a veces, pero otras veces cuando te sientes excitada no hay respuesta genital, simplemente estás teniendo una excitación no concordante.

También es importante que reflexiones sobre si estás teniendo una excitación no-concordante o si simplemente no estás excitada, ante algo que tú crees que “deberías” estar excitada.

En ese caso, el verdadero problema no está en tu respuesta genital.

En muchos casos, el problema tiene que ver con no respetar el momento de excitación en el que te encuentras. Muchas veces por desconocimiento de nuestro ciclo sexual, creemos que ya estamos listas para una estimulación genital, sin haber pasado por las fases “previas” de la excitación, donde necesitamos otro tipo de estimulación.

Otro problema bastante común también y más común en mujeres que en hombres, tiene que ver con no conocer nuestro cuerpo o estar desconectadas de él.

Muchas mujeres, por culpa de todas las creencias tóxicas de nuestra sociedad, comienzan a tener encuentros sexuales con sus parejas, sin haber aprendido a explorar su propio cuerpo; así que no saben qué cosas realmente activan sus respuestas genitales.

En otros casos, el problema podría ser que algo esté inhibiendo tu excitación. Como la autoestima baja, el autocriticismo, la idea de que no nos debería gustar el sexo, la presión de satisfacer a la otra persona o los problemas en la relación.

Orgasmo precoz

El nombre de la disfunción es “eyaculación precoz”, pero la realidad es que no se necesita tener la capacidad de eyacular para sentir que un orgasmo precoz es un problema.

Porsiacaso, al parecer, los hombres y las mujeres describimos el orgasmo prácticamente igual. Así que, más allá de la eyaculación, no hay una diferencia entre orgasmo femenino y masculino.

Y acá tengo que aclarar que la eyaculación y el orgasmo masculino no son lo mismo, aunque suelan ir juntos. Puede haber orgasmos sin eyaculación y eyaculación sin orgasmos.

El orgasmo es una respuesta de todo el cuerpo, mientras que la eyaculación es una respuesta localizada, que consiste en la expulsión del semen.

Según el libro DMS, la eyaculación precoz es la eyaculación que se da con muy poca estimulación sexual. Si lo pasamos al orgasmo, para no dejar de lado a las personas que no eyaculamos: un orgasmo precoz se alcanza con muy poca estimulación sexual.

Al haber poca estimulación sexual, no se llega a acumular la tensión necesaria para producir un orgasmo intenso.

Como no hay niveles para medir la poca estimulación sexual, lo que en verdad se entiende como orgasmo precoz, es sentir que se llega al orgasmo antes de realmente quererlo.

Aunque nadie tiene el control de sus orgasmos (porque por definición son movimientos involuntarios), lo que se puede controlar son los niveles de excitación para llegar al orgasmo en el momento que queremos. O cerca del momento que queremos.

Aprender a tener un orgasmo en el momento que queremos, como todo en esta vida, termina siendo un proceso de aprendizaje, que suele darse a través de la autoexploración.

Pero hay muchas personas que no pasan por este proceso de aprendizaje o desarrollan malos hábitos masturbatorios, porque crecen pensando que masturbarse está mal.

Familias conservadoras enseñan a los hijos e hijas que el sexo es “sucio”. Que masturbarse es un pecado. Que es algo que no se debería hacer… y que hacerlo te convierte en una persona mala.

En el caso de las mujeres nos enseñan a decirle que no al sexo y a que nuestro cuerpo nos dé vergüenza y hasta culpa. Seamos sinceras, en Latinoamérica, si nos expresamos sexualmente de manera abierta somos unas perras.

Con todos estos mensajes, es normal que muchas personas crean (quizás inconscientemente) que el sexo es algo malo y que está mal tener sexo.

Si crees que el sexo es algo negativo, lo más probable es que te apures en tus encuentros sexuales y te enfoques en terminar lo antes posible en vez de enfocarte en sentir placer.

Problemas para llegar al orgasmo

Los problemas para llegar al orgasmo consisten en un “retraso” o “ausencia” del orgasmo.

Lo más común es que este retraso o ausencia de orgasmo sea situacional. Es decir, que se pueda llegar al orgasmo en algunas situaciones (masturbándose por ejemplo) y en otras no (con una pareja por ejemplo).

Después de la falta de deseo sexual, este es el problema sexual que más sufren las mujeres.

Y esto me parece interesante. Porque yo en verdad me pregunto si todas esas mujeres que consideran que tienen un problema para llegar al orgasmo, realmente tienen un problema para llegar al orgasmo o es que no están recibiendo la estimulación adecuada.

Como dije en la introducción de este post: menos de un tercio de las mujeres puede llegar al orgasmo solamente a través de la penetración vaginal. Y esto se debe a que el protagonista de los orgasmos femeninos es el clítoris y no la vagina, como la sociedad nos ha hecho creer.

Y por si acaso, el punto G ni siquiera existe, pero ese es otro tema que se merece un post aparte.

Otro factor determinante para llegar al orgasmo es pasar por la fase de la excitación. El orgasmo es la continuidad de la excitación en el ciclo de respuesta sexual. Sin excitación no hay orgasmo. Y acuérdate que tener una erección o lubricar, no significa estar excitada.

Así que no llegar al orgasmo si no ha habido una fase de excitación previa, no representa ningún problema.

Algunas causas psicológicas de los problemas para llegar al orgasmo.

  • Mala educación sexual que puede haber inhibido tu curiosidad natural (y saludable) sobre tus sensaciones genitales. La realidad es que para aprender a tener orgasmos, necesitamos saber cómo tocas nuestros genitales y reconocer las sensaciones que nos generan. Así tengas pareja, tú eres la única responsable de tus orgasmos.
  • Falsa creencia de que no nos merecemos sentir placer.
  • Miedo a la intimidad: esta suele ser la causa cuando sí puedes tener orgasmos masturbándote, pero no cuando estás con una pareja.

Vaginismo y dispareunia

El vaginismo consiste en espasmos involuntarios del tercio externo de la vagina. En otras palabras: los músculos del suelo pélvico que rodean la antesala vaginal y una parte de la vagina se comprimen tanto que no dejan que nada entre por ahí.

Mientras que ladispareunia consiste en un dolor genital; no está limitado a la vagina, de hecho también se puede dar en hombres aunque es más común en mujeres. Y a diferencia del vaginismo que produce dolor por la contracción involuntaria de los músculos, según Keesling, la dispareunia es un dolor psicológico.

A diferencia del vaginismo o de los problemas de erecciones que pueden ser causados por problemas fisiológicos, por definición, la dispareunia no puede ser causada por problemas fisiológicos!

Así que si sientes dolor durante tus encuentros sexuales, necesitas descartar todas las posibles causas antes de creer que tienes dispareunia.

La causa más común de vaginismo y de dispareunia es una mala experiencia previa. De alguna manera, ambos problemas sexuales son una respuesta física generada por el miedo a la penetración o a las actividades sexuales en general.

Por eso es muy común que las víctimas de violación sufran de vaginismo. Una experiencia tan traumática genera en el cuerpo las ganas de defenderse y el cuerpo ha aprendido a asociar penetración con dolor y peligro.

Pero esto también puede pasar con experiencias menos traumáticas que igual hayan generado dolor físico como ponerse mal un tampón, penetraciones previas dolorosas (debido a falta de lubricación, una infección, o una pareja descuidada) y también penetraciones no deseadas (aunque sí hayan sido consensuadas).

Pero no solo las malas experiencias previas pueden generar miedo a la penetración. También algunas ideas preconcebidas de la penetración que suelen venir de creencias religiosas muy restrictivas y/o de una mala educación sexual donde se describía la penetración como algo sumamente doloroso.

¿Y ahora qué?

Aunque nadie está feliz de descubrir y admitir que tiene un problema sexual, reconocerlo es el primer paso para solucionarlo.

Acuérdate que el siguiente paso debería ser descartar cualquier causa fisiológica con la ayuda de un profesional.

Dependiendo del tipo de causas psicológicas, también podría ser necesario que necesitas la ayuda de un terapeuta certificado.

Y en paralelo, podrías trabajar la idea de que el objetivo del sexo es sentir placer! En el caso del sexo en pareja, el objetivo del sexo es dar y recibir placer.

Es importante que seas consciente de que no hay una forma correcta de tener sexo consensuado y deseado. La forma correcta es la que a ti te gusta y con la que tú te sientes cómoda! 


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