Las secuelas del abuso sexual en la vida adulta

El abuso sexual suele ser una experiencia traumática que deja un impacto duradero en la vida de la sobreviviente.

Las secuelas del abuso pueden manifestarse de diferentes maneras en la vida adulta, afectando la salud sexual y emocional de quienes han sido víctimas.

Algunas secuelas parecen consecuencias obvias del abuso. Pero como hay otras que no son tan obvias, siempre es necesario escarbar un poquito. 

Consecuencias psicológicas

Es importante tener en cuenta que el abuso sexual puede tener graves consecuencias psicológicas en las sobrevivientes. Estos son algunos ejemplos:

  1. Problemas de sueño, como insomnio o pesadillas.
  2. Trastornos de ansiedad y depresión
  3. Trastornos alimentarios
  4. Conductas autodestructivas, como el abuso de sustancias o las autolesiones.
  5. Pensamientos suicidas.

Sin embargo, ese no es el tema de este post. En este post nos vamos a centrar en las consecuencias del abuso sexual en la sexualidad. Si estás buscando información más detallada sobre secuelas psicológicas, te recomiendo buscar asesoramiento profesional.

Consecuencias a largo plazo: ¿Cómo afecta en la vida adulta?

A grandes rasgos, el impacto del abuso sexual en nuestra sexualidad es la enseñanza de cosas MUY equivocadas sobre sexo y la sexualidad.

Y tengamos en cuenta que la sexualidad es una parte biológica y psicológica de nuestra identidad. No es solo el cómo nos desenvolvemos sexualmente.

Por eso, ese impacto va a tener consecuencias en: 

  • cómo nos percibimos a nosotras mismas
  • la relación que tenemos con nuestro cuerpo
  • nuestros comportamientos sexuales
  • la forma en la que nos relacionamos con las demás personas.
  • nuestro funcionamiento y expresión sexual

Secuelas emocionales: sentimientos de culpa y vergüenza

Una de las consecuencias más comunes del abuso sexual es el sentimiento de culpa y vergüenza que experimentamos la mayoría de sobrevivientes. Por distintas razones (que suelen ser inconscientes), la sobreviviente siente que, en alguna medida, fue responsable de lo sucedido.

Estos sentimientos pueden hacer que la persona afectada tenga dificultades para hablar sobre lo que ha ocurrido, incluso con amigos y familiares cercanos, lo que puede aumentar su sensación de soledad.

El tema de la vergüenza y la culpa es muy complejo y este post explico un poco mejor las razones que están detrás de estos sentimiento: Por qué nos sentimos culpables.

Secuelas en nuestra identidad y autoconcepto

El abuso sexual también puede tener un fuerte impacto en nuestra identidad y autoconcepto.

Obviamente esto varía de persona a persona: siempre van a haber distintos grados de daño. El daño que genera el abuso en una persona que tenía un autoconcepto positivo antes del abuso va a ser muy distinto del daño en una persona que tenía un autoconcepto negativo.

El autoconcepto es la opinión que tenemos sobre nosotras mismas. Pero tener una opinión sobre algo, no necesariamente significa que esa opinión refleje la verdad.

De alguna u otra manera, el abuso sexual siempre modifica la imagen y el concepto que tenemos de nosotras mismas. Es muy común que las sobrevivientes sientan que hay algo que está mal en su sexualidad, que están profundamente dañadas o incluso, que crean que no merecen ser amadas. 

Si tienes alguna de esas opiniones sobre ti misma, tienes que saber que son consecuencia del abuso y de lo que hayas hecho a lo largo de los años para sobrevivir a todo lo que el abuso generó.

Cuando pienses en tu autoconcepto, imagínate un espejo muy sucio. Tú has estado viendo tu propia imagen a través de ese espejo. No es tu imagen real: es un reflejo sucio y distorsionado de la realidad, pero desgraciadamente es el único espejo que tienes.

En este post puedes revisar el impacto del abuso en el autoconcepto.

Dificultades en las relaciones íntimas interpersonales

Otra de las consecuencias del abuso sexual en la vida adulta tiene que ver con la dificultad para establecer y/o mantener relaciones íntimas saludables. Y por si acaso, las relaciones íntimas no solo son relaciones donde hay sexo de por medio. Nuestras relaciones íntimas también pueden ser familiares o amicales.

Muchas sobrevivientes tienen una capacidad limitada para confiar y sentir cercanía emocional con otra persona y esto puede verse reflejado en el miedo, ansiedad o incluso pánico en situaciones que impliquen cualquier tipo de intimidad.

Como el abuso implica traición de la confianza, es hasta lógico que dé miedo acercarse emocionalmente a alguien: mientras más cercanía emocional tienes con alguien, mientras más intimidad haya, el dolor en el caso de una traición sería más fuerte.

Además, al evitar la intimidad también evitamos sentirnos vulnerables.

Este miedo a la intimidad junto con un intento de procesar todas las emociones insoportables que el abusó genero, puede convertirse en las siguientes formas de relacionarse:

Revictimización

Durante el abuso, el abusador genera una relación caracterizada por la dominación, humillación, traición, secreto y dolor. Entonces algunas sobrevivientes pueden buscar inconscientemente relaciones que las hagan sentirse así nuevamente. Si hay sentimientos de culpa y si hay bloqueos activos que siguen justificando al abusador, quizás la revictimización es una forma inconsciente de castigo o de probar que el abuso sucedió porque “te lo merecías” y no porque el abusador era el culpable.

En muchísimos casos, permitir que una pareja haga daño, termina siendo más fácil que admitir que alguien que la sobreviviente quería mucho, abusó de ella. 

Atracción hacia las relaciones que “están mal”

El abuso sexual les enseña a muchas sobrevivientes que el sexo más excitante es el que “está mal”, el que es “prohibido”. Por eso, las infidelidades son muy comunes en las sobrevivientes. Ya sea en cualquiera de las posiciones: o la que es infiel, o involucrándose con personas que le están siendo infiel a su pareja. Tener relaciones así puede ser una forma inconsciente de reproducir la confianza perdida y la traición que son inherentes al abuso sexual. Es una forma de reproducir el comportamiento del abusador a través de mentiras y engaños.

Abuso o maltrato a los demás

Algunas sobrevivientes actúan de manera agresiva o abusiva sin ni siquiera ser conscientes de eso. En otros casos sí son conscientes, pero igual este termina siendo uno de los escenarios más dolorosos de admitir. Y no estoy hablando de que una sobreviviente que se convierte en una abusadora sexual (que claro que puede pasar); estoy hablando de comportamientos más sutiles. No pensemos en abuso sexual; pensemos en comportamientos abusivos. Durante el abuso, el abusador demostró que tenía algún tipo de poder sobre nosotras. Un tipo de poder que consiguió de una manera abusiva. Como muchas ya no se quieren sentir así, puede que inconscientemente decidan ser las que tiene el poder antes de dejar que otros tengan poder. 

Repercusiones en la vida sexual

Obviamente, el abuso sexual va a tener un impacto en nuestra vida sexual. Ya sea porque aprendimos cosas equivocadas sobre el sexo, porque aprendimos a comportarnos de determinada manera sexualmente o incluso porque desencadena algunos problemas sexuales.

«Mentalidad de abuso sexual»

El abuso sexual suele ser tan impactante que muchas sobrevivientes cuando piensan en sexo en verdad están pensando en abuso sexual.

Lo que sucede, en palabras de Wendy Maltz, es que el abusador nos contamina con una mentalidad de abuso sexual que hace que asociemos sexo con abuso.

Además, si sufriste abuso sexual infantil, ten en cuenta que el abuso fue tu primera fuente de educación sexual. Y obviamente esta es la peor fuente de educación que alguien puede recibir.

mentalidad de abuso sexual

Resumiendo, esta mentalidad de abuso sexual consiste en pensar en el sexo como algo incontrolable, adictivo, irresponsable, inseguro, sin límites y hasta doloroso.

En este post puedes revisar las creencias falsas sobre el sexo más comunes.

Así reconozcas racionalmente la diferencia entre abuso sexual y sexo saludable, puede que inconscientemente tengas algunas de esas creencias.

Y esas creencias nos impiden disfrutar de una vida sexual satisfactoria.

¿Cómo actúa sexualmente una persona que fue abusada?

En líneas generales, los comportamientos sexuales resultantes del abuso se mueven en el espectro aversión-compulsión: o evitas el sexo o lo buscas compulsivamente. Por si acaso, no son excluyentes. Por ejemplo, una sobreviviente puede masturbarse compulsivamente, pero evitar cualquier tipo de contacto sexual con otra persona.

El problema con estos dos tipos de comportamientos es que es muy fácil que los pasemos por alto.

Una sobreviviente con comportamientos sexuales compulsivos puede pensar que simplemente le encanta el sexo y que es una mujer sexual que se expresa sexualmente de manera abierta, porque las mujeres tenemos derecho a tener todo el sexo que queramos (cosa que es completamente cierta). Pero si lo que está detrás de este tipo de comportamientos es una compulsión sexual, entonces no sería una forma de expresión de sexualidad, porque la decisión de tener sexo no está basada en los deseos sexuales; sino en la creencia negativa de que el sexo es incontrolable.

Por otro lado, una sobreviviente que evita el sexo puede pensar que el sexo simplemente está sobrevalorado y que no hay necesidad de tener sexo (cosa que también es cierta porque el sexo no es una necesidad). Pero esto podría estar escondiendo una aversión al sexo.

… pero esto también podría estar escondiendo una aversión al sexo… 

En ambos casos, los comportamientos compulsivos y aversivos terminan siendo mecanismos de defensa. Son estrategias que nuestro cerebro ha encontrado inconscientemente para:

  • No pensar en el abuso y en todo lo que implicó
  • Tratar de entender y darle un sentido a que el abuso haya sucedido
  • Librarse de la vergüenza, el dolor, la humillación o el terror que sigue almacenado en nuestro cuerpo
  • Tener el control de la situación
  • Demostrar lo que creemos que es nuestro valor

Si quieres ver comportamientos sexuales específicos, haz clic aquí.

Problemas sexuales

El impacto del abuso sexual también puede verse reflejado en problemas sexuales, eso que mucha gente llama «disfunciones sexuales». Pero a mí no me gusta ese término. Una disfunción es un término médico, que no necesariamente aplica en todos los casos. Yo prefiero llamarlos “problemas sexuales”, porque a fin de cuentas un problema es cualquier cosa que nos resulta problemático, así no sea una disfunción. 

Cuando hablo de problema, me refiero a algún aspecto que nos resulta problemático.  Tener un problema con nuestro funcionamiento sexual nos puede generar mucha ansiedad, frustración y sufrimiento; pero no tiene por qué ser un problema de salud.

Si tienes algún problema sexual, lo más importante es descubrir cuál es la raíz del problema. Es muy común y parece hasta lógico asumir que las causas de los problemas sexuales en sobrevivientes son psicológicas y se deben al abuso sexual.

Y así las causas sean efectivamente psicológicas, no todas están relacionadas necesariamente al abuso.  Los problemas sexuales son muy comunes en nuestra sociedad; no son exclusivos de las sobrevivientes.

Es importante no asumir que el abuso sexual es la única causa psicológica: muchas veces puede ser una combinación de diferentes causas, como haber recibido una mala educación sexual.

Si el tratamiento que sigues para tratar algún problema sexual no está enfocado en la causa del problema, podrías hasta empeorarlo generando más ansiedad y frustración. Por eso el primer paso siempre tiene que ser ir donde un profesional. No importa que tú creas que el problema es consecuencia del abuso, siempre es importante tener un diagnóstico preciso y descartar cualquier causa fisiológica, como un desbalance hormonal, enfermedades, infecciones, lesiones físicas o efectos de ciertas drogas.

Si quieres profundizar en el tema, puedes leer este post: Los problemas sexuales y su relación con el abuso.

Consecuencias a corto plazo (que suelen quedarse mucho tiempo)

Estas son algunas reacciones comunes al abuso sexual y a los traumas en general:

Negación. Al parecer, la negación es la forma más elemental de defendernos. No solo hace referencia a negar lo que sucede, sino que también puede significar negar el impacto que tiene en nuestras vidas eso que está sucediendo o que sucedió en el pasado. Esta defensa suele estar presente en las personas que defienden compulsivamente a la gente que les hizo daño.

Disociación y adormecimiento del cuerpo. Cuando alguien nos maltrata, es natural que aparezcan sentimientos de ira, tristeza y dolor. Pero cuando no podemos expresar esos sentimientos, ya sea porque no nos enseñaron cómo o porque nos hicieron creer que esas emociones eran “negativas”, una solución muy común es adormecer nuestro cuerpo o disociarnos de él para dejar de sentir esas emociones.

Sustitución de sentimientos: proceso de convertir una emoción “prohibida” en otra más aceptable o tolerable. Cuando aprendemos que una emoción es negativa y surge esa emoción, la sustituimos por otra que no nos parece tan mala. Por ejemplo, como la ira suele ser una emoción prohibida en muchas familias, mucha gente aprende a transformar su ira en tristeza o en culpa.

Somatización. Suele pasar que las emociones que no pudimos procesar, las expresamos en nuestro cuerpo a través de enfermedades o dolores crónicos.

Traumas por abusos sexuales

El abuso sexual en la mayoría de casos es un evento traumatico para la víctima. Por si acaso, un evento no es traumático en sí mismo. Es el cómo NO procesamos la información, lo que hace que el evento sea traumático.

El trauma es el impacto de un evento que nuestro cerebro simplemente no puede entender. Porque aunque existan noticias catastróficas todos los días, nuestro cerebro nace programado para creer que el mundo es un lugar seguro.

Y un evento traumático justamente destroza esa idea.

¿Por qué el abuso sexual se convierte en un trauma?

Haciendo un gran resumen, nuestro cerebro está dividido en tres partes: el cerebro de supervivencia, el emocional y el racional. Cada parte se encarga justamente de lo que su nombre dice: sobrevivir, sentir y razonar. 

Cuando nuestro cerebro emocional determina muy rápidamente que algo es una amenaza (en base a la experiencia, no en base a la razón), le manda una señal a nuestro cerebro de supervivencia y también a nuestro cerebro racional. Pero esa señal llega primero a nuestro cerebro de supervivencia. 

Nuestro cerebro de supervivencia no puede perder tiempo así que, mientras la información va llegando al cerebro racional, segrega hormonas del estrés que nos preparan para luchar o para escapar. Después de este proceso, si la respuesta no fue muy intensa, nuestro cerebro racional puede entrar en acción y razonar si eso era una verdadera amenaza o no. 

Cuando nuestro cerebro de supervivencia no percibe posibilidades de éxito, activa el sistema de emergencia definitivo, también conocido como inmovilización o paralización. Cuando no podemos ni luchar, ni escapar, nuestro organismo se paraliza para gastar la mínima cantidad posible de energía. A fin de cuentas, la función principal de nuestro cerebro es mantenernos con vida, así que nuestro cerebro en esos casos reduce drásticamente el metabolismo de todo el cuerpo.

Para que el abuso sexual haya sucedido, nadie escuchó nuestro pedido de ayuda, no tuvimos a dónde escapar (o tratamos de escapar sin éxito), y no pudimos luchar (o luchamos sin éxito). Entonces nuestro cerebro de supervivencia activó este sistema de emergencia definitivo y paralizó nuestro cuerpo. 

En teoría, cuando el cerebro emocional deja de percibir una amenaza (ya sea porque escapamos con éxito o luchamos con éxito o nos paralizamos y la amenaza terminó), las hormonas del estrés recuperan sus niveles normales rápidamente. 

Pero esto no siempre sucede en la práctica. Para correr (escapar), usamos las hormonas que nuestro cuerpo generó. Para pelear (luchar) también. Pero no para inmovilizarnos. Cuando nos paralizamos ante una amenaza, muy pocas veces terminamos el ciclo de las hormonas del estrés. 

En el mundo animal, los animales después de paralizarse instintivamente tiemblan o tienen algún tipo de descarga de energía física. Nosotros los humanos no, porque nuestro cerebro racional necesita procesar todas nuestras experiencias. Pero nuestro cerebro racional muy pocas veces puede procesar una amenaza tan grande que hizo que nuestro cerebro de supervivencia active un sistema de emergencia definitivo.

¿Qué traumas deja el abuso?

Esto va a tener repercusiones en nuestra fisiología. Del evento traumático en adelante, cada vez que el cerebro emocional perciba una amenaza, nuestra respuesta de estrés (luchar o escapar) se va a activar (como sucede con todas las personas), pero nuestras hormonas no van a regresar a sus niveles normales rápidamente.

Cuando la respuesta del cerebro emocional es muy intensa el cerebro racional deja de funcionar. Ese es el momento en el que tenemos reacciones irracionales. De hecho, puede que en ese momento ni siquiera seamos conscientes de que estamos reaccionando de forma irracional. 

Así el abuso sexual haya sucedido hace muchos años, un estímulo que nuestro cerebro relaciona con el abuso, que fue una amenaza tan grande, va a generar una respuesta muy intensa del cerebro emocional. 

Simplemente nuestras experiencias del presente se contaminan con emociones, pensamientos y sensaciones del pasado. A este tipo de reacción Wendy Maltz las llama reacciones automáticas.

Estas reacciones automáticas pueden ser de distintos tipos:

  • respuestas emocionales: sentimientos incómodos ante el contacto físico o ambientes sexuales. Los más comunes son el miedo y la rabia.
  • sensaciones físicas: pueden estar asociadas a la tensión y dificultar la relajación tan necesaria para disfrutar del placer sexual.
  • pensamientos intrusivos: pueden ser flashbacks, fantasías abusivas, pensamientos negativos sobre tu pareja sexual o incluso pensamientos negativos sobre ti misma.

¿Cómo se tratan los traumas por abusos sexuales?

El tratamiento de los traumas por abuso sexual puede ser un proceso largo y difícil. Y aunque lo más común es la terapia psicológica, es importantísimo abordar las distintas secuelas con un enfoque integral.

 El cuerpo no puede ser dejado de lado en un proceso de sanación. Como el trauma tiene un impacto en nuestra fisiología (interacción entre el cerebro y el cuerpo)  también es importante recalibrar nuestro sistema nervioso.

En este post puedes encontrar más información: Cómo sanar trauma por abusos sexuales.

Ignorar nuestras heridas es más doloroso que reconocerlas 

Yo sé que ver nuestras heridas es doloroso. Es doloroso ver el impacto de algo que nos encantaría olvidar.

En verdad lo sé porque ya pasé por eso.

Pero no ver nuestras heridas, ignorarlas, no hace que esas heridas desaparezcan.

No querer ver nuestras heridas se traduce en confusión, frustración, relaciones insatisfactorias, rabia, sufrimiento. 

Además solo reconociendo nuestras heridas, podemos sanarlas!

… Para cambiar las actitudes que tenemos hacia el sexo, necesitamos saber cuáles son nuestras creencias negativas. 

… Para limpiar nuestro autoconcepto, necesitamos saber cómo contaminó el abuso la percepción de nuestra propia imagen.

… Para trabajar con los comportamientos que nos hacen daño, obviamente necesitamos reconocer esos comportamientos que nos hacen daño.

Solo una vez que somos conscientes del impacto que tuvo el abuso sexual en nuestra sexualidad, podemos comenzar a sanar. 

Y sanar un abuso sexual no es solo una cuestión de “dejar el pasado” atrás. Se necesita mucha valentía, fuerza y trabajo no solo para descubrir cuál el impacto del abuso, sino también para analizarlo y luego hacer cambios.

Sanar el impacto del abuso sexual es un proceso difícil pero necesario si realmente quieres liberar tu vida de la influencia del abuso.

Es un proceso que requiere mucho esfuerzo, trabajo y energía. Es un proceso que remueve muchos sentimientos desagradables y que suele tomar mucho tiempo, pero los resultados valen la pena.

¿Cómo descubrir cuáles son esas heridas?

Profundizar en cada herida hubiera hecho que este post sea interminable.

Pero quiero compartir contigo un «inventario» de los efectos que el abuso pudo dejar en tu sexualidad. Para poder acceder a él, solo tienes que dejar tus datos en el siguiente recuadro. Es completamente GRATIS.

Esta herramienta no solo te va a servir para conocerte mejor, sino también para ver por dónde podría ir tu sanación.

Comentarios

4 respuestas a «Las secuelas del abuso sexual en la vida adulta»

  1. Eunice Reyes

    Muchas gracias por tocar el tema de abuso sexual con amor, comprensión, franqueza , de forma humana y profesional.
    He comprendido y comprendido mucho al respecto.
    Bendiciones abundantes. Sigue adelante

    1. Gracias a ti por tomarte el tiempo de leer el artículo y de dejar un comentario 🧡

  2. Noemí Bolaños Morales

    Muy buena información. Estoy por empezar una investigación de monografía relacionada con “cómo viven viven la sexualidad las mujeres adultas que han sido víctimas de abuso sexual infantil” y esta información me ha sido muy útil para recabar información. Muchas gracias 😊 estaré al tanto por todo lo que publiquen y sus talleres con respecto al tema .

    1. Gracias por leerme, Noemí! Si tienes preguntas específicas, puedes escribirme por mail, yo feliz de ayudarte. Un abrazo.

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