Cómo vivir una sexualidad saludable

Aprender a vivir una sexualidad saludable es un camino personal.

No existe una formula para lograrlo, pero quizás estos consejos te ayuden a descubrir tu camino.

Espero que así sea.

Espero que estos consejos te puedan ayudar a vivir tu sexualidad de la forma más saludable posible.

Por si acaso, aquí no vas a encontrar consejos sobre encuentros sexuales exclusivamente; acuérdate que la sexualidad es parte de nuestra identidad. Implica distintos aspectos de nuestras vidas; no solo el acto de tener sexo.

Revisa tus creencias sobre el sexo y la sexualidad

Alguna vez te has detenido a pensar dónde aprendiste todo lo que sabes sobre sexualidad y sexo.

¿Toda la información que has recibido sobre el sexo y la sexualidad es correcta?

¿Recibiste algún curso de educación sexual?

De hecho, el simple hecho de no haber llevado educación sexual como una materia en la escuela, ya es un tipo de educación sexual. Una educación que nos dice que el sexo y la sexualidad son temas tabúes.

Nuestra educación sexual es toda la información que recibimos sobre el sexo a lo largo de nuestra vida.

Comenzamos a recibir educación sexual desde el momento en el que nacemos prácticamente.

La educación sexual va desde las respuestas de nuestros padres cuando preguntamos cómo vienen los niños al mundo, hasta las historias de las primeras relaciones sexuales de nuestras amigas… pasando por lo que nos cuentan en la televisión y lo que vemos en internet.

Y desgraciadamente, como vivimos en una sociedad sexualmente negativa, muchas veces hemos aprendido cosas erradas sobre el sexo y la sexualidad.

En este post, hablo de algunas creencias falsas sobre el sexo.

Acepta que eres un ser sexual

Como todos los seres vivientes, somos seres sexuales.

Pero desgraciadamente vivimos en un mundo que tiñe nuestra sexualidad de vergüenza y hace que muchas personas no se sientas cómodas siendo seres sexuales.

El problema es que si no nos gusta ser seres sexuales, si rechazamos la sexualidad, estamos rechazándonos en el nivel más profundo que pueda existir.

Porque nuestra sexualidad es nuestra esencia. Está alineada con la expresión de nuestra identidad y es lo que nos hace únicas.

Si te interesa este tema, te invito a leer mi publicación: Somos seres sexuales

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Fortalece tu autoestima

Sé que fortalecer nuestra autoestima no siempre es un trabajo fácil.

Justamente, las personas que más necesitan trabajar en su autoestima tienen más problemas para hacerlo.

Cuando nuestra autoestima está por los suelos, mejorarla no es un proceso que se da de la noche a la mañana.

Si es tu caso, en vez de pensar en mejorar tu autoestima, piensa paso a paso.

Comienza por tratarte con amabilidad. Sobre todo cuando te equivocas.

Los errores son humanos. Equivocarnos es normal. Necesitas aceptar eso, porque si no lo haces, te vas a juzgar constantemente.

Cuando tratamos a otra persona con amabilidad, nos preocupamos por esa persona: queremos saber cómo está.

Haz lo mismo contigo! Pregúntate cómo estás!

Si estás mal, reflexiona sobre cuál es la razón. Solo así podrás buscar formas de solucionar tus problemas.

En este post puedes encontrar más consejos: Cómo mejorar mi autoestima y amor propio.

Establece límites

Todas las personas tenemos límites.

Son nuestros límites los que delimitan (valga la redundancia) la forma en la que queremos ser tratadas y respetadas.

Nuestros límites nos ayudan a satisfacer nuestras necesidades y nuestros deseos. Por eso límites pueden ser muy diferentes: no todas las personas tenemos las mismas necesidades ni los mismos sueños.

Y como no todas las personas tenemos los mismos límites, muchas veces las otras personas no entienden nuestros límites y los terminan pisoteando.

Si es tu caso, si sientes que tus límites son pisoteados, es importante que los revises.

¿Qué límites no son respetados?

¿En qué situaciones las personas no respetan tus límites?

¿Hay personas específicas que nunca respetan tus límites?

Si en general las personas no respetan tus límites en determinadas situaciones, quizás el problema es que tú no estás estableciendo tus límites claramente o comunicándolos asertivamente.

Pero si el problema tiene que ver con una persona… es muy probable que esa persona sea el problema!

Toma cartas en el asunto: replantea tus límites y encuentra la forma de hacerlos respetar.

Si no lo has hecho antes, poner límites puede parecerle un acto egoísta a las personas que te rodean.

Poner límites claros no es un acto egoísta; es un acto de amor hacia ti misma.

Valora tu cuerpo

El placer, cualquier tipo de placer no solo el sexual, lo sentimos en nuestro cuerpo. Por eso, para vivir una sexualidad saludable necesitamos estar conectadas con nuestro cuerpo.

Pero desgraciadamente, vivimos en una sociedad que se encarga de que nos desconectemos de nuestro cuerpo. Incluso, muchas personas (sobre todo mujeres) terminan odiando y rechazando sus cuerpos.

Y es muy difícil luchar contra ese rechazo. Difícil; no imposible.

Si es tu caso, te recomiendo comenzar cambiando el enfoque: no te enfoques en la forma, sino en sus funciones.

Gracias a tu cuerpo vives.

Gracias a tu cuerpo te conectas con la naturaleza y con las demás personas.

Gracias a tu cuerpo te puedes expresar y te puedes relacionar con los demás. Tu cuerpo genera movimientos y también genera tu voz, gracias a tus cuerdas vocales y al aire que sale de tus pulmones.

Tus manos te permiten crear, ayudar y dar amor.

Tus pies te llevan a donde quieres ir y te mantienen erguida junto con tus huesos.

Tu piel te permite tener contacto con el mundo que te rodea.

Reconoce que cada partícula de tu cuerpo hace posible que vivas.

Una parte muy importante de la sexualidad es nuestro cuerpo y la relación que tenemos con él. Aprende sobre él y su funcionamiento. Conócelo, explóralo y cuídalo! Share on X
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Cuida tu salud

No podemos hablar de sexualidad saludable sin hablar de salud.

Nuestra salud mental y física tiene un impacto en nuestra sexualidad. Y la forma de mantenernos saludables es cuidándonos.

Hablemos de los cuidados básicos:

  • Come bien: lo ideal es una dieta balanceada baja en azúcar, carbohidratos refinados y grasas saturadas. Mientras más naturales sean los alimentos, mejor.
  • Hidrátate: toma agua! Algunas personas dicen que 2 litros, otras que que tu peso en libras x 10 es igual a la cantidad de mililitros que deberías tomar. Fuera de cuál sea la cantidad exacta, la realidad es que tu cuerpo necesita estar hidratado para funcionar bien.
  • Descansa: fuera de si son 6, 7 u 8 horas de sueño, lo importante es que duermas varias horas y le des a tu cuerpo la oportunidad de descansar de verdad.
  • Haz actividad física: movernos tiene cientos de beneficios, entre ellos fortalecer el sistema inmunológico y liberar químicos en nuestro cerebro que nos ayudan a sentirnos mejor.
  • Evita el consumo de sustancias tóxicas: reflexiona sobre tu consumo de tabaco, alcohol u otras drogas.

Y aquí también es importante mencionar que ir al doctor y hacernos pruebas regularmente es una forma de cuidarnos!

No necesitamos esperar hasta estar enfermas para ir al doctor.

Los chequeos médicos te ayudan a descubrir o prevenir cualquier problema de salud.

Seguro también te interesa: ¿Disfunciones o problemas sexuales?

Aprende a manejar el estrés

El estrés interfiere con nuestra vida, nuestra sexualidad y con nuestra vida sexual.

El estrés puede afectar nuestro placer sexual y puede interferir con cualquier parte de nuestro ciclo de respuesta sexual: es decir con nuestro deseo sexual, excitación u orgasmos.

Por eso, para realmente disfrutar nuestra vida sexual es básico manejar el estrés.

Y manejar el estrés no es sinónimo de relajarse.

Para manejar el estrés, necesitamos que el estrés cumpla su ciclo.

Y en cada persona, ese ciclo se cumple de manera distinta.

Y no hay una fórmula exacta para hacerlo: cada persona tiene que ir descubriendo cuál es la mejor forma para manejar el estrés.

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Valida tus emociones y sentimientos

Estar en contacto con nuestras emociones es una forma de autoconocimiento.

Las emociones son parte de nuestra identidad. Son una guía: nos dicen hacia dónde queremos ir o de dónde nos queremos alejar.

Todas las emociones tienen un propósito. Se convierten en una motivación para que llevemos a cabo alguna acción.

Y esto se aplica a todas las emociones. Incluso a esas emociones que nos han hecho creer que son negativas como el miedo, la ira y la tristeza.

Pero como vivimos en un mundo que nos enseña que solo sentirnos bien y alegres es válido, muchas veces tratamos de evitar esas emociones incómodas.

Y cuando evitamos nuestras emociones, que son naturales, es como si fuéramos por el mundo a la deriva.

Porque estar en contacto con nuestras emociones nos lleva a tomar mejores decisiones: decisiones más alineadas con nuestros verdaderos deseos y necesidades.

Así que siente lo que tengas que sentir y luego haz algo al respecto.

Comunícate!

No solo es importante reconocer y validar tus emociones, también es importante comunicarlas.

La comunicación es básica para las relaciones con otras personas. A través de la comunicación intercambiamos información con otras personas.

Pero aunque nos estamos comunicando constantemente, no siempre comunicamos lo que realmente queremos o sentimos.

Muchas personas tienen miedo de expresar sus sentimientos, sus necesidades, sus gustos, sus deseos, sus sueños…. Y este miedo en verdad está reflejando el miedo a la intimidad.

La intimidad es la base de las relaciones saludables. No podemos generar una relación honesta con otra persona, si no tenemos una relación honesta con nosotras mismas.

La intimidad implica vulnerabilidad; bajar nuestras defensas; dejar de estar a la defensiva y confiar en la otra persona.

Muchas veces vemos la vulnerabilidad como algo malo. Pero la vulnerabilidad en sí no es mala; lo que es malo es que se aprovechen y que abusen de nuestra vulnerabilidad.

Las relaciones íntimas saludables, siempre están basadas en la amistad y en la confianza.

Busca el placer (no solo sexual)

La búsqueda del placer es innata en el ser humano.

Cuando somos bebés vamos descubriendo el mundo en función de lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Es decir: en función de lo que nos genera placer o no.

Esta exploración la hacemos a través de nuestros 5 sentidos. Y son esos 5 sentidos los que nos siguen conectado con el placer cuando somos adultas.

Es importante que reconozcas o que descubras qué cosas te dan placer y las trates de integrar en tu día a día.

Las posibilidades de sentir placer a través de nuestros sentidos son infinitas. Algunos ejemplos pueden ser: mirar un atardecer, oler jazmines, escuchar un concierto, saborear un heleado, tomar sol…

… El sexo también es una forma de sentir placer.

Disfruta del sexo sin culpa ni vergüenza

Y hablando de sexo, es importante que puedas disfrutarlo sin culpa ni vergüenza.

Este consejo tiene mucho que ver con el primer consejo de este post.

Nuestras creencias determinan cómo nos comportamos sexualmente.

Y si nuestras creencias sobre el sexo son negativas, es muy probable que nuestros comportamientos sexuales también lo sean.

Los siguientes son algunos comportamientos sexuales negativos que nos impiden disfrutar del sexo realmente sin culpa ni vergüenza:

  • Tener sexo cuando realmente no quieres.
  • No estar presente durante el sexo
  • Tratar el sexo como una tarea u obligación
  • Combinar sexo con abuso emocional o físico

Tener encuentros sexuales saludables es básico para poder disfrutar del sexo y tu sexualidad.

Resuelve lo que tengas que resolver

Los eventos traumáticos que no procesamos tiñen toda nuestra vida y obviamente nuestra sexualidad.

Por eso, para poder vivir una sexualidad saludable de verdad es importantísimo que trabajes tus traumas del pasado. Sobre todo con los relacionados al abuso infantil de cualquier tipo (físico, verbal, emocional o sexual).

Y resolver nuestros traumas no es una tarea fácil. No es algo que sucede de la noche a la mañana; ni es un proceso por el que podamos pasar solas.

Yo siempre voy a recomendar hacer una terapia psicológica. Pero personalmente, creo que esa es solo UNA forma de superar los traumas.

Haber sufrido una experiencia traumática deja un gran impacto en nosotras que va más allá de lo psicológico.

Según Bessel Van Der Kolk (psiquiatra especializado en traumas), los traumas no solo tienen un impacto en lo que pensamos sino en CÓMO pensamos: los traumas cambian el funcionamiento de nuestro cerebro.

Por eso, muchas veces para superar un trauma, necesitamos hacer un trabajo integral.

Si has sufrido abuso sexual y te gustaría entender un poco más el impacto que tiene el abuso en tu sexualidad, te invito a leer mi libro De Víctima a Sobreviviente.

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